Mi experiencia en la I Edición DEUS

El pasado 1 de Marzo tuvo lugar en el edificio histórico de la Universidad el tan

esperado DEUS de la Universidad de Salamanca. Esta actividad, totalmente

pionera y con temática de la revisión de las fronteras interiores del espacio

Schengen, tenía como objetivo acercar a esta a veces tan desconocida Unión

Europea al alumnado de la Universidad. Y vaya si lo hizo con creces.

Desde un primer momento me entusiasmó la idea de una simulación del

Parlamento Europeo. Además, el diseño de esta actividad recaía en varias

asociaciones universitarias de índoles muy diferenciadas, como pueden ser

ASELUS, ASCIPO, o MUNUSAL, con el apoyo del centro Europe Direct.

Teniendo un equipo así tras los bastidores, era imposible que no saliese una

actividad entretenida y de provecho que cumpliese ese objetivo de acercar la

Unión a todos.

El propio día 1 a las 9 de la mañana nos reunimos en la histórica aula de

Miguel de Unamuno alumnos de varias titulaciones de la Facultad de Derecho

para hacer frente a este día, sin tener mucha idea de qué nos esperaría. Tras

una introducción del Profesor Luis Norberto González, nos pusimos manos a la

obra y comenzamos todo el “politiqueo” que marcaría toda la jornada haciendo

una hoja de ruta común para cada partido y haciendo una intervención

individual de cada eurodiputado. Después de este (ya acalorado nada más

empezar) debate, nos movimos al aula Lucía de Medrano a hacer un coffee

break con un (como de costumbre) impecable catering; pero, como es normal,

de descanso poco: las primeras alianzas y los primeros borradores de política

pública empezaron a forjarse, como suele pasar, entre galletas y cafés.

Una vez terminamos este break y con los primeros contactos ya tomados,

volvimos a nuestro “hemiciclo” y a los debates y negociaciones entre partidos,

ya fuesen formales o informales. A la hora de la comida seguía todo en el aire,

con unos kingmakers muy definidos: el Partido Popular Europeo y Renew

Europe eran la llave para que el proyecto de Identidad y Democracia con los

Conservadores y Reformistas o el de los Socialistas y Demócratas con Verdes

y la Izquierda fuese la recomendación adoptada. Fue precisamente por esto

por lo que la comida tampoco fue un momento de descanso: el comedor del

Colegio Fray Luis de León se convirtió en un auténtico comité de organización

en el que los distintos bandos se rearmarían para enfrentarse al siguiente

asalto.

Ese siguiente asalto fue de todo menos tranquilo: negociadores repartidos por

todo el hemiciclo, peleas internas, e intentos de transfuguismo. Todo estaba en

la mesa. Todo era una posibilidad. Con dos propuestas (la de la izquierda y la

de la ultraderecha) redactadas, sólo quedaba convencer a unos pocos

diputados de los liberales y el centro-derecha para que cualquiera de los dos

proyectos de recomendación se adoptase. Lo que parece una tarea fácil, por

supuesto, no lo fue, y la votación comenzó con todo en el aire y sin los apoyos

fijados. El proyecto de la ultraderecha se votó en su conjunto, y fue por muy

poco que no consiguió salir adelante. A esta votación le siguió la votación del

proyecto del bloque de izquierdas que, a pesar de no conseguir pasar 2 de sus

puntos, consiguió ser aprobado en su mayoría gracias a un par de votos

populares y liberales.

Finalmente, tras el discurso de clausura del Profesor Daniel González, la mesa

otorgó los premios de participación. En primer lugar, a mejor grupo

parlamentario, un honor que recaería sobre el grupo de Socialistas y

Demócratas por impulsar la negociación entre los diversos grupos políticos. En

segundo lugar, dieron los premios de tercer mejor, segundo mejor, y mejor

eurodiputado a los eurodiputados Victoria Travieso (S&D), Ricardo Fernández(S&D, un servidor), y Alexis Jäckel (PPE).

Si algo estuvo en el ambiente en esta actividad fue el indudable afán

negociador y de consenso de los alumnos de la Facultad, demostrando que el

espíritu europeo de llegar a acuerdos estaba presente. Sin duda, si algo

consiguió el DEUS fue llevar a la práctica ese “unidos en la diversidad”.

 

Ricardo Fernández Caballero

Estudiante del Máster en Estudios de la Unión Europea de la USAL