El verano pasado realicé uno de los mejores viajes de mi vida: me fui de interraill por Europa durante 10 días con mis amigos. Una experiencia increíble en la que pude visitar 7 capitales diferentes, cada una con su propia esencia y encanto.
Tuvimos la oportunidad de conocer Europa, las diferentes culturas y gastronomía que hay, los distintos estilos de vida que llevamos, conocimos un montón de gente maravillosa y volvimos con un montón de anécdotas que siempre recordaremos.
París, Bruselas, Berlín, Amsterdam, Budapest, Viena y Praga, las ciudades que hicieron único nuestro primer viaje por el continente: ver la Torre Eiffel iluminada por la noche, visitar el muro de Berlín, montar en bici por Amsterdam y ver sus famosos canales, dar un paseo en barco nocturno por el Danubio para ver el Parlamento de Budapest iluminado, probar el famoso Schnitzel en Viena… Un viaje fantástico que, bajo mi punto de vista, hay que vivir por lo menos una vez en la vida.
Agradecida de poder haber recorrido parte de Europa con mis amigos y de haber conocido tanto en tan poco tiempo. Desde luego que todas esas horas de tren valieron la pena y ojalá volver a hacer otro viaje similar porque es una oportunidad llena de vivencias que llevaré siempre conmigo de una manera especial.
